¿ES REVOLUCIONARIO EL PERONISMO?

Nicolás Salcito

Propietario y director de Haciendo Camino Ediciones Águila Mora Declarada de Interés Cultural (Res. Nº 2379/14)

julio 3, 2025

EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO JUNIO 2025

Por Nicolás Salcito

El Peronismo fue interpretado de diversas maneras según la matriz ideológica de quienes opinaban al respecto. Generalizando, fue dictatorial y demagogo para sectores conservadores de derecha y ha sido reformista para el espectro de la izquierda, en ambos se incluía la figura del fascismo en mayor o menor medida.

Generalmente estas opiniones están cimentadas en gran parte por el desconocimiento de lo que es y que significó el modelo de país que aspiraba el Justicialismo, por otra parte existe cierto fanatismo que dificulta la apertura a otros pensamientos e ideas que no concuerdan con el propio.

Al decir que una doctrina es revolucionaria, nos referimos a un conjunto de ideas y principios que buscan transformar radicalmente las estructuras sociales, políticas y económicas existentes. De allí consideramos que debemos visibilizar algunas acciones del Peronismo que nos indican que el gobierno en 1955 no cayó por los errores que cometiera, sino más bien por los aciertos que logró, en especial favoreciendo a la clase trabajadora y a los sectores más humildes, para tener una vida mejor donde la justicia social era la guía fundamental de los mismos.

La Constitución de 1949

Dijo en aquel momento el Presidente de la Nación: “La estabilidad es condición fundamental de toda Constitución, pero ella no ha de ser tal, que sufra en su perfectibilidad, que está en razón directa a su evolución. La Constitución no puede ser artículo de museo que cuanto mayor sea su antigüedad, mayor es su mérito y no podemos aceptar sin desmedro, que en la época de la navegación estratosférica, que nos permite trasladarnos a Europa en un día, nosotros usemos una Constitución creada en la época de la carreta, cuando ir a Mendoza debíamos soportar un mes de viaje.”

Jorge Cholvis expresa: “La CN49 es preclara exponente de la generación de Constituciones sociales de nuestra América. Un amplio debate acompañó a la convocatoria. Escribe Evita: ‘Verdad incontrovertible, la Constitución debe estar al servicio del pueblo’. ‘La articulación de la reforma constitucional que va a realizarse es una etapa de esa azarosa y noble búsqueda de la Justicia (…). La Constitución que nos rige está inspirada en ese individualismo económico y jurídico que ha perdido validez por su injusticia’.

Perón se pone la tarea al hombro. Arturo Sampay aporta convicción y trabajo. Ya en el Preámbulo sobresalen los principios de soberanía política, independencia económica y justicia social, confiriéndoles rango constitucional. Aún hoy, banderas cruciales para revertir el atraso y las injusticias. ¿Cómo no habría de generar virulentos rechazos de los reaccionarios de entonces? El odio (hasta la actualidad) de parte de los enemigos de la Patria y del Pueblo. Hoy día, los Milei y Macri.

La CN49 está plena de preceptos básicos para un país soberano y un pueblo feliz. Su carácter nacional y popular, fuera de duda. Tan sólo con ello estaría explicado nuestro fervor. Pero, ¿cuántos escritos son papel pintado? Lo que la hizo verdaderamente grande fue la voluntad de que dichos propósitos fuesen plasmados. Se van desplegando los derechos sociales (del trabajador, la familia, la ancianidad, la educación y cultura). Los icónicos artículos 38 al 40 indican que “la propiedad privada debe tener una función social”. Establecen las normas de política económica constitucional para el efectivo goce de los derechos. Su objetivo, el bien común. Estatuía el comercio exterior en manos del Estado. Directrices antimonopólicas. La indiscutible propiedad de la Nación sobre los recursos naturales. Servicios públicos en manos estatales.”

La Constitución Justicialista es de neto corte humanista dejando de lado el estigma individualista de la sancionada en 1853.

Creación de la figura del Agregado Obrero en las embajadas argentinas

El 6 de febrero de 1947, el gobierno del General Juan Domingo Perón establece por ley un nuevo régimen de Servicio Exterior, creando el cargo de Agregado Obrero en todas las Embajadas.

A pocos meses de asumir la Presidencia de la Nación, en 1946, el General Perón firma el Decreto 7976  para incluir las primeras agregadurías obreras en embajadas argentinas para lo que decide crear el curso de capacitación para que los elegidos se prepararan para la tarea. Todo queda planificado en la idea final de trazar una política de Estado, y se funda la Escuela de Formación Sindical para Agregados Obreros. En 1947 nace el Departamento Internacional de la CGT bajo la dirección de Antonio Valerga, Secretario Adjunto de la central obrera, quien organizó la presencia de las delegaciones de trabajadores en las asambleas de la OIT.

Decía el Presidente de la Nación que la unidad y la solidaridad entre los trabajadores contribuirían a la unidad de los pueblos: “Llevarán al extranjero la representación de la clase trabajadora argentina. La tarea ha de ser de sacrificio y trabajo. En esa forma han de volver con los conocimientos y la experiencia necesarios para llevar en nuestro país la responsabilidad de las actividades que les toque realizar, tendientes al perfeccionamiento y engrandecimiento de la Argentina”.

Los candidatos a ocupar una Agregaduría Obrera hacían cursos diversos de capacitación sobre economía, historia Argentina, historia de América Latina, sociología, historia del movimiento obrero, geografía Argentina y universal. Estos Agregados constituirían el ATLAS (Agrupación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas), que reunía representantes obreros de Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Haití, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Puerto Rico, además de los delegados de Guatemala, Honduras, Paraguay y Venezuela.

Hoy muchas y muchos compatriotas que siempre han luchado para lograr un país más digno para quienes lo habitamos y que tenían una versión parcial de este movimiento político, han abierto sus corazones incorporándose con espíritu solidario al mismo enriqueciéndolo con su participación.

La reacción oligárquica

A partir de la caída del régimen peronista, quienes se adueñaron del poder no han hecho más que comenzar a destruir todas las conquistas del pueblo, para ello contaron con la generosa complacencia y complicidad de las fuerzas políticas que se oponían al gobierno constitucional, elegido por el voto popular.

Una de las primeras medidas de la dictadura fue cerrar el Congreso de la Nación, en su reemplazo crearon la Junta Consultiva Nacional el 28 de octubre de 1955 y puesta en funcionamiento el 11 de noviembre del mismo año. La Junta Consultiva debía ser presidida por el vicepresidente de facto y estaba integrada por políticos designados por algunos partidos políticos (Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Nacional, Partido Demócrata Progresista, Partido Demócrata Cristiano y Unión Federal) seleccionados por el poder militar, de acuerdo a una proporción también establecida por los dictadores. 

Esta nota con dos botones de muestra del modelo de país a que aspiraba el Justicialismo es un simple aporte para que reflexionemos sobre el carácter revolucionario, o no, del Peronismo.

Hasta el mes que viene.

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