EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO NOVIEMBRE 2025

Nicolás Salcito

Propietario y director de Haciendo Camino Ediciones Águila Mora Declarada de Interés Cultural (Res. Nº 2379/14)

diciembre 5, 2025

Por Nicolás Salcito

El agua potable es un recurso vital para la vida, de allí que hay motivo suficiente para que haya sido declarada un derecho humano primordial y su uso debe ser accesible a todas las personas.

El agua también es necesaria para actividades económicas como la ganadería, las industrias, causas que necesitan de una correcta administración de la misma pensando en el bien común y la solidaridad.

Nuestro país tiene experiencia histórica en este tema, en el año 1909 se elaboró el primer plan nacional de saneamiento y en 1912 se crea para su implementación un organismo denominado «OBRAS SANITARIAS DE LA NACION», mediante el dictado de la Ley N° 8889 del 18 de julio de 1912, destinado al estudio, construcción y administración de obras destinadas a la provisión de agua potable para uso doméstico «en las ciudades, pueblos y colonias de la Nación».

Se establece a partir de ese momento una verdadera escuela de ingeniería sanitaria, que alcanzó su máximo desarrollo en el año 1940, convirtiéndose en líder en América Latina.

Siempre fue prioridad en la política de los gobiernos nacionales y populares la administración por parte del Estado de las empresas que son base del ejercicio de nuestra soberanía, tales como Aerolíneas Argentinas, YPF y otras.

Qué es Mekorot

Mekorot, la empresa nacional de agua de Israel, se promociona como líder global en  gestión hídrica por su desarrollo e innovación en tecnologías de plantas desalinizadoras, riego avanzado y reciclaje de aguas residuales, entre otras. En los últimos años ha intentado expandir su influencia en América Latina a través de servicios de consultoría en países como México, Colombia, República Dominicana, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina. Sin embargo, su modelo de mercantilización del agua y su falta de transparencia en contratos comerciales han despertado críticas, especialmente por la falta de consulta a las comunidades y por el incumplimiento de normativas locales.

Mekorot y el gobierno argentino

El acuerdo de convenios con Mekorot comienza en 2022 con una visita del entonces Ministro del Interior y varios gobernadores a Israel. Anteriormente, en 2011, la empresa tuvo intentos de acercarse a Argentina con licitación de plantas de tratamiento en la provincia de Buenos Aires. En el caso de la planta en la ciudad de La Plata, fue denunciada y se logró echar atrás. Pero en 2022 se retomaron las negociaciones y se consiguió algún tipo de acuerdo con 12 provincias.

A través del Consejo Federal de Inversiones (CFI) se iniciaron los contratos con las provincias, este organismo autónomo e interprovincial, queda por fuera de control y auditorías, de la normativa nacional que rige los organismos nacionales para poder gestionar un monitoreo, lleva adelante las obras públicas, y le permite a Mekorot acceder a las provincias como intermediario, sin posibilidad de participación ni acceso a la información por parte de la población.

El contenido de estos acuerdos es muy genérico: diseño de los planes rectores, reformas normativas y de organismos referidos al manejo del agua, criterios para fijar su precio y para su distribución, entre otros aspectos.

El ministro del Interior, Eduardo (Wado) de Pedro, en setiembre de 2022 participó junto a varias provincias y con el secretario general del Consejo Federal de Inversiones (CFI), Ignacio Lamothe, de la firma de un convenio con la compañía nacional de agua de Israel, Mekorot, para la realización del Plan Maestro de Conservación y Gestión de Agua en esas provincias.

“Fuera Mekorot”

La Campaña “Fuera Mekorot” en Argentina está conformada por diversas organizaciones de la sociedad civil que confluyen desde dos perspectivas fundamentales: organizaciones ambientalistas que defienden el derecho al agua y a un ambiente sano y organizaciones que trabajan en solidaridad con el pueblo palestino. Desde estas ópticas se suman organizaciones de derechos humanos, pueblos originarios, agrupaciones políticas, agrupaciones sindicales y movimientos populares y comunitarios, en sintonía con expresiones similares en territorio Latinoamericano y Caribeño.

La Campaña se define como una acción global de denuncia por la privatización del agua y en solidaridad con el pueblo palestino. Sus iniciativas forman parte y son promovidas por el movimiento Boicot, Desinversión y Sanción – BDS, espacio conformado en 2005 por sindicatos, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil palestina.

“Tenemos bien en claro que hay una decisión bien marcada por parte de los gobiernos por avanzar en el extractivismo, para exportar nuestros bienes comunes en beneficio de los poderosos. Mekorot viene a resolver el problema del agua a las empresas trasnacionales que ya están instaladas en Argentina.”

Profundizando esta situación de asimetría entre los Derechos de los Pueblos y los de las empresas, las provincias también adhirieron al RIGI, en conjunto con la ley bases, que entrega beneficios de todo tipo a las empresas. “Queremos denunciar a esta empresa que no es conocida. Opera de manera silenciosa comprando voluntades, no tiene oficinas en américa latina, está diseñando el manejo del agua en la mitad de las provincias de Argentina, pero no tiene personal en el territorio.”

El uso del agua como arma de guerra

En la actualidad, las y los palestinos que realizan agricultura y dependen del agua para riego, necesitan autorización israelí para regar. Ante las negativas (que rondan el 70%) muchos/as intentan conectarse a las redes de agua por su cuenta, con el riesgo que las instalaciones sean posteriormente destruidas.
Esto es así debido a que gran parte del agua en Cisjordania y Gaza proviene de acuíferos compartidos entre Israel y Palestina. Sin embargo, Israel tiene el control absoluto de la infraestructura hídrica y la gestión del agua, de modo que limita el acceso del bien común a la población Palestina. En Cisjordania, los acuíferos de montañas y fuentes principales de agua están controladas por la empresa israelí Mekorot, que suministra el agua a  ciudades y a colonos israelíes, y decide cuánta agua se destinará a Palestina. El agua se está desviando a los colonos para llenar piscinas, pero se niega a la población palestina para los usos más básicos.

Todas estas limitaciones las realiza Mekorot como parte del control israelí del bien común. En la franja de Gaza, donde actualmente se realiza un genocidio denunciado internacionalmente, Mekorot ha cortado todos los recursos hídricos y todo el suministro de agua, especialmente en verano. Se vive en situación de escasez constante en todas las zonas, especialmente en el norte de Gaza donde los palestinos solo reciben 2 o 3 litros per cápita. El agua finalmente es utilizada como un arma en contra del pueblo palestino.

¿….?

Dada nuestra experiencia histórica en lo referente al tratamiento del agua potable, agregando la cantidad y calidad científica que nos proporcionan nuestras universidades, quienes pensamos en un proyecto de país que nos lleve a una Patria Grande donde los habitantes de nuestro suelo puedan disfrutar de una vida con dignidad, con justicia social, con libertad económica y soberanía política, deberíamos preguntarnos: ¿quién estableció y cuáles fueron las instrucciones que recibió el ministro de Pedro para atarnos a una empresa extranjera, agravado por pertenecer a una potencia alineada a las directivas de EE. UU., que además está cometiendo un genocidio con el pueblo palestino?

Creemos que merecemos una respuesta clara y responsable.

Con obsecuencia no se logra la liberación

La Dirección

Fuentes consultadas:

https://tierranativa.org.ar/

https://fueramekorot.org

/www.infobae.com/politica/2022/09/06/san-juan-y-mendoza-firmaron-un-importante-convenio-con-la-empresa-israeli-mekorot-para-mejorar-el-manejo-del-agua/?

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